El Centro Israelita es la principal institución comunitaria judía de Costa Rica, la cual se encarga de mantener y fomentar la actividad religiosa, la ayuda mutua, la beneficencia, la educación judía formal e informal y la atención de la tercera edad.
En 1929 se fundó la primera sinagoga ubicada en una pequeña casa. En 1931 se inauguró el primer cementerio judío. Un año después, en 1932, surge como primer organismo formal judío en Costa Rica la Organización Sionista, que para 1937 dicho organismo institucional se funde con el Centro Israelita Sionista de Costa Rica.
Ya en 1954 se inaugura el edificio oficial del Centro Israelita Sionista, trasladándose desde el Paso de la Vaca, al Paseo Colón y seis años después se abre el primer colegio Judío de Costa Rica, el Instituto Doctor Jaim Weizman, colegio que hasta el día de hoy mantiene sus puertas abiertas y es el corazón de la Comunidad Judía de Costa Rica. Años después, y debido al deterioro y ubicación del centro comunitario en Paseo Colón, la junta directiva del año 1999 ve la necesidad de reubicar el centro comunitario, es así como 5 años después el primer libro de la Torah de la sinagoga de Paseo Colón es trasladado a Pavas y es con orgullo hasta el día de hoy la locación del Centro Israelita Sionista de nuestro país.
Cuenta con diferentes instituciones asociadas que se proyectan no solo al interior para proveer de ayuda social y actividades educativas, sociales y religiosas a lo interno de la comunidad, sino también hacia la sociedad costarricense en general, ayudando a fomentar el bienestar social.
La historia de los judíos en Costa Rica es el resultado de una serie de olas migratorias que fueron precedidas por la tragedia y la persecución, pero, a su vez, por la esperanza de encontrar un hogar en alguna parte del mundo. Las fuentes ubican la primera inmigración de judíos a Costa Rica entre los años 1561 y 1575, provenientes de navíos donde venían criptojudíos, o judíos que practicaban el judaísmo a pesar de haberse convertido de manera forzosa al cristianismo. El segundo grupo llegó durante el siglo XIX provenientes de Curazao, Jamaica, Panamá y el Caribe, llegando principalmente al Valle Central. Cómo dato curioso, a la ciudad de Escazú se le conoce como “el pueblo de las brujas” porque los viernes por la tarde los inmigrantes judíos realizaban la ceremonia de Shabat, algo que para los nativos del pueblo implicaba brujería, pues no conocían el trasfondo religioso del encendido de velas y el velo utilizado por las mujeres para su ritual. Para el siglo XX, se da la tercera oleada más grande de inmigrantes judíos a nuestro país, principalmente de judíos askenazis, que llegaron entre los años 1927 y 1939, eran personas de escasos recursos que venían principalmente de Polonia en busca de libertad, huyendo de la incertidumbre europea y del nazismo. Existió una cuarta oleada de inmigración judía a Costa Rica entre los años 1941 y 1945 durante el periodo del Holocausto y la posguerra.
Los judíos que llegaron a nuestro país hace más de 70 años, provenientes principalmente de Polonia, Ucrania, Rusia, Austria, Rumanía y Hungría, eran jóvenes entre los 25 y 30 años que vinieron sin dinero en búsqueda de trabajo para poder traer a sus familiares que se habían quedado atrapadas en Europa. Fue así como comenzaron a dedicarse a las ventas ambulantes, algo que fue conocido posteriormente por los locales como “polaquear”, debido a que eran los polacos los que iban de casa en casa tratando de vender su mercadería, aunque el término preferido por los comerciantes judíos era el de “Klapers” una palabra en idish y derivada de la palabra “Klap”, refiriéndose al sonido que hacían al tocar la puerta. Esos primeros intentos de encontrar estabilidad se tradujeron en la inserción en la economía, algunos lograron poner una tienda o conseguir trabajos más estables que les permitieron crecer y prosperar.
Al llegar a nuestro país, los judíos se toparon con una sociedad dónde la mayoría de sus habitantes hacía un gran esfuerzo para mejorar su calidad de vida y en dónde la carestía y la necesidad era una constante debido a las guerras y las crisis que habían azotado al mundo, sumado a los problemas domésticos que había en el país y la inestabilidad política que caracterizó la primera mitad del siglo XX, sumado a un sistema económico desgastado que insistía en la exportación de materias primas. Pese a ello, los judíos hicieron grandes esfuerzos para que, en conjunto con el pueblo costarricense, la actividad económica mejorara, poniendo su mejores oficios y esfuerzos para que en su nueva tierra y hogar fuera un lugar seguro, libre y próspero.
En la década de 1930.
Llegaron por Puntarenas el 24 de diciembre en 1938.
En la antigua sinagoga del Paseo Colón, década de 1950.
El Instituto Jaim Weizman es un centro educativo privado de Costa Rica. Fue fundado en 1960 y nombrado en honor al primer presidente de Israel, el Dr. Jaim Weizman. Tiene uno de los mejores rendimientos académicos del país y sus estudiantes han destacado con frecuencia como primeros promedios en el nivel nacional e internacional.
Centro Israelita en Pavas en construcción.
Rav Noaj Weinberg Z”L
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